EL GENIO RESIGNADO

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Muy pocos serán los que sepan que bajo ese nombre, absolutamente desconocido para la gran mayoría, se escondía el de una gran estrella nacida en Sevilla, en la Alameda de Hércules junto a la Academia de su maestro Manuel Real Montosa, Realito, que sería nada menos que la compañera artística de Antonio Ruiz Soler durante 25 años, la incomparable Rosario, bautizada Florencia por la gran admiración que su padre, El Ronco, sentía por la hermosa capital de la Toscana.
Que Antonio El Bailarín, hubiera nacido en 1921 en la sevillana calle Rosario, parecía ya todo un anuncio de quien andando el tiempo compartiría con él los mejores años de su vida y sin lugar a dudas los mayores éxitos profesionales. Las primeras apariciones públicas de la pareja, a pesar de ser comercialmente anunciados bajo el verdaderamente desafortunado y poco original sobrenombre de "los chavalillos sevillanos" (claro que peor aún sonaba el apodo en francés, Les petits sevillanitos), fueron tan precoces que ya en 1928 bailan en la Feria Internacional de Bruselas para al año siguiente hacerlo ante los Reyes de España en la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla en 1929.



Con el estallido de la Guerra Civil comienzan, también por la necesidad de escapar de tan ingrato y hostil escenario, sus giras por el extranjero si bien todavía, y una vez más, en Francia son reclutados por las autoridades republicanas españolas para actuar en beneficio de los hospitales de campaña. No obstante, desde que en 1937 fueran contratados para una gran tournée por toda América, a partir de ahí no cesan en una actividad frenética que les lleva a Argentina, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Cuba, México y Brasil.
Va a ser precisamente en Buenos Aires, la capital argentina, donde en 1942 Rosario contraiga matrimonio con el pianista italiano Silvio Masciarelli, apadrinando el enlace nada menos que Pedro Vargas y Mario Moreno Cantinflas, matrimonio que por cierto y dicho sea subliminalmente no despertó el más mínimo entusiasmo en Antonio, antes bien seguramente todo lo contrario. Al año siguiente nacería su único hijo, Rafael, a quien amadrinó la mítica Encarnación López, La Argentinita.
Al inicio de la década de los cuarenta llegaría su gran éxito artístico significándose el mismo fundamentalmente en el contrato que le ofrecen firmar para el Waldorf-Astoria de Nueva York. Alcanza tales cotas su fama que, aprovechando su estancia neoyorquina, llegan incluso a colaborar en varias grandes producciones junto a las más rutilantes estrellas cinematográficas de la época, entre otras Judy Garland, James Stewart, Gina Lollobrigida, Lara Turner o Tyrone Power. El éxtasis los lleva hasta la misma Casa Blanca en la que actúan ante el presidente Roosevelt y posan para Dalí quien realiza un extraordinario retrato de ambos.
A partir de ahí, la demanda para disfrutar de sus actuaciones se multiplica de modo imparable y el trabajo asimismo se lleva a cabo redoblando compromisos con gran esfuerzo y sin apenas descanso. En esta ocasión, toda Europa, Francia, Dinamarca, Suiza, Inglaterra, Bélgica, Escocia, Holanda son testigos de su clamoroso éxito. Las giras se extienden incluso por buena parte de África (Israel, Egipto, Marruecos) y, de pronto en el año 1952 de forma absolutamente inesperada, tras muchas décadas de sueños, la pareja decide su separación artística.
Tal vez el exceso de temperamento de Rosario o, como se llegó a decir, que seguramente fuera demasiada mujer para Antonio, lo cierto e incontestable fue que a partir de aquel momento, Rosario, desde luego más bailaora que bailarina, siempre apegada a la magia de sus castañuelas como un día hicieron Carmen Amaya o Vicente Escudero, comienza a crear sus propias coreografías y, en ocasiones, acepta la invitación de Antonio para unirse a él si bien ello siempre ya de forma puntual y esporádica. Ambos llegaron al zénit del arte de la danza, de manera que puede decirse de ellos que interpretaban más que bailaban sobre el escenario. Y asimismo ambos, al igual que ocurriera con Manolete en el planeta taurino, fueron a lo largo de su trayectoria artistas para olvidar una guerra.
Ninguna de las versiones que circularon en torno a su separación fueron nunca óbice para que Rosario confesara que "a pesar de nuestras diferencias, siempre diré que Antonio ha sido el mejor bailarín español de todos los tiempos. Era un fenómeno. Detrás de él, todos le han imitado de algún modo". Contrariamente a ello, Antonio el Bailarín, más parece que anteponiendo el despecho a la sinceridad, ¿quién lo sabe?, afirmaba no sin algún titubeo y rozando el rubor que la mejor de todos los tiempos había sido su segunda gran pareja, Rosita Segovia. Naturalmente, no todo el mundo creyó tal afirmación por parte de quien había sido elevado a la divina trilogía de la danza junto a G. Kelly y R. Nuréiev.
Como legado y reconocimiento para la posteridad a la memoria de Florencia Pérez Padilla, R. Salama Benarroch publicó su biografía Rosario, aquella danza española. Asimismo, desde los más diversos ámbitos se le hizo la justicia debida otorgándosele el Premio Nacional a la Interpretación Coreográfica en el año 1957, el de la Asociación Mundial de Amigos de la Infancia en 1986, además de haber sido distinguida en 1955 con el Lazo de Isabel la Católica y con la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1995.
No obstante, en algo sí coincidieron en su final. Ambos se fueron sin taconazos ni piruetas, sino de puntillas. Antonio hubo de cambiar sus envidiables automóviles últimos modelos por una modesta silla de ruedas, aún mitificado como el gran genio que sin duda fue, en tanto ella, elegante y serenamente resignada a haber pasado siempre tan sólo como su compañera artística, también debió transitar desde sus confortables mansiones a una modesta residencia de tercera edad para finalmente morir a los ochenta y dos años "envuelta en el sudario del olvido". De ellos llegó a afirmar Valeria Crippa, la gran crítica de Arte del Corriere della Sera, y todos estoy seguro que lo suscribiremos, se habían convertido en "verdaderos poetas de la danza gitana".

FUENTE: DIARIO DE SEVILLA

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